El 27 de enero de 1939, Joan Alavedra, su mujer y sus dos hijos, la María y Macià, cruzaron a pie los Pirineos de camino al exilio. Dentro de la maleta que llevaba la María durante la travesía había un poema que su padre le había escrito cinco años atrás, el "Poema del Pesebre". En él, Joan Alavedra hacía hablar las figuras del pesebre en un lenguaje entendedor para una niña de 5 años: el pescador, la filadora, la mula, el buey, los camellos.
Llegados a Francia, Joan Alavedra y su familia se instalaron en Prats de Molló, a continuación a París y finalmente en Prada de Conflent, donde compartieron casa con Pau Casals durante 10 años. Fue en este punto de encuentro donde el músico conoció con profundidad el texto del poema y empezó a componer la música del que tenía que ser un grande oratorio dedicado a la paz: El Pesebre.