Inédita hasta ahora en castellano, Los últimos hechizos es una de las novelas más brillantes, elegíacas y divertidas sobre el periodo de entreguerras que ha dado la literatura inglesa del siglo XX.
Situada en la ciudad universitaria de Christminster -trasunto perfecto de Oxford-, esta deliciosa obra nos cuenta la historia de dos hermanos, Andrew y Stephen Faringdon, recién instalados en una zona residencial del norte de la ciudad, donde empiezan a relacionarse con una inolvidable comparsa de excéntricos personajes, ancianos eruditos obsesionados con oscuras obras, madres desesperadas por casar a sus hijas, desencantados estudiantes, sacerdotes imposibles. Pero quizá la verdadera protagonista sea la década de los años treinta, ese ilusorio paréntesis entre dos masacres, donde el ocio, el amor o el arte estaban transidos de una inconsciente sensación de pérdida y despedida, justamente reflejada en el tragicómico equilibrio de estas páginas.
«Uno de esos novelistas que se sientan tranquilamente a escribir clásicos durante toda una vida.»
PATRICK WHITE
La opinión del editor:
Cuando leímos Los últimos hechizos supimos que estábamos de nuevo ante uno de esos clásicos olvidados que merecen una relectura y que en Lumen han tenido tan buena acogida, como ya ocurrió con El halcón peregrino de Glenway Wescott o De visita de Maeve Brennan.